Fuerza

La fuerza es la capacidad motora que un músculo o un grupo de músculos puede ejercer en una acción con el fin de vencer u oponerse a una carga externa. El entrenamiento de fuerza es un conjunto de ejercicios físicos en el que los músculos ejercen su propia actividad contra una carga externa, para aumentar su contracción, su resistencia anaeróbica y su tamaño. Los ejercicios generalmente requieren el uso de pesas, pero también pueden asumir una serie de formas diferentes donde la técnica es más importante que la velocidad de ejecución. El entrenamiento suele ser progresivo, es decir que prevé el aumento de la fuerza muscular a través de incrementos constantes de la carga de trabajo, gracias a los equipos desarrollados para actuar sobre grupos musculares específicos.

La ejecución correcta del entrenamiento de fuerza brinda significativos beneficios funcionales como el aumento de la resistencia de los huesos, los músculos, los tendones y los ligamentos, la mejora de la funcionalidad articular, la reducción del riesgo de lesiones, el aumento del metabolismo y la mejora de la función cardíaca.

En el ámbito deportivo, el concepto de fuerza está estrechamente vinculado al de potencia, que probablemente sigue siendo la magnitud más medida en cualquier actividad motora. La fuerza producida por los músculos activa el movimiento de las articulaciones en un determinado lapso de tiempo. El resultado de la asociación de estas variables es la magnitud potencia, resultado de la fuerza generada multiplicada por la velocidad del movimiento (F x v). Para mejorar la prestación deportiva, es fundamental aumentar la potencia expresada, y para ello, una de las estrategias es aumentar el potencial energético muscular mediante el aumento de la masa del músculo.

La fuerza puede expresarse en diferentes formas: fuerza máxima, fuerza explosiva, fuerza explosivo-elástica.

La fuerza máxima es teóricamente la fuerza más elevada que el sistema neuromuscular puede expresar con una contracción máxima voluntaria. Depende del tipo de contracción, excéntrica, concéntrica o isométrica, y del tipo de movimiento, en particular del ángulo de la articulación sobre el cual actúa el músculo mismo. Generalmente se hace referencia a la fuerza máxima concéntrica.

La fuerza explosiva suele definirse como la capacidad de generar fuerzas muy altas en una unidad de tiempo, partiendo de una posición estática. Un ejemplo de expresión de esta fuerza es el squat jump.

La fuerza explosivo-elástica se define como la capacidad de ejercer una fuerza notable durante un ciclo de estiramiento/acortamiento del músculo, es decir, una contracción excéntrica seguida inmediatamente de una contracción concéntrica. Un ejemplo es el salto con contramovimiento. En la definición de un entrenamiento se debe tener en cuenta el tipo de fuerza que se desea aumentar, para elegir el protocolo de ejercicio más adecuado.

El entrenamiento de fuerza en general se asocia a la producción de lactato, que puede transformarse en un factor limitador de la prestación física. Sin embargo, el ejercicio físico regular conduce a adaptaciones musculo-esqueléticas que pueden impedir el aumento de los niveles de esta sustancia. Por eso es importante medir la prestación de cada sujeto, para elegir correctamente las cargas de trabajo: todo esto permite evitar forzar demasiado la musculatura y obtener efectos indeseados.

El uso del sensor inercial Gyko permite evaluar y monitorizar la fuerza muscular a lo largo del tiempo.

Cuando el objetivo del entrenamiento es la optimización de la prestación, resulta de crucial importancia para todo deportista medir y analizar la mejora de sus resultados de manera objetiva y precisa. El sensor permite estimular la curva del perfil muscular y el valor del máximo, fundamentales para configurar correctamente un entrenamiento adecuado para el desarrollo de fuerza y potencia (ver la imagen).