Flexibilidad
La flexibilidad, llamada también movilidad articular, es la capacidad de una articulación, o de un conjunto de articulaciones, de moverse libremente en todo su rango de movilidad. Está estrechamente vinculada al range of motion (ROM), que es la amplitud máxima de movimiento posible respetando los límites fisiológicos impuestos por las articulaciones, las estructuras de los tendones y los ligamentos, y la conformación y la acción fisiológica de los músculos involucrados.
La flexibilidad es una cualidad importante para un sujeto activo, ya que contribuye a favorecer el bienestar físico aumentando el flujo de sangre y oxígeno en todo el cuerpo, a mantener una correcta postura, a economizar movimientos, a mejorar las prestaciones deportivas, a desarrollar fuerza y a prevenir infortunios en los músculos, los tendones y las articulaciones. Desde el punto de vista de la prestación, la movilidad articular constituye una componente esencial del movimiento y, como tal, se debe desarrollar a través de un adecuado programa de entrenamiento que incluya una combinación de ejercicios activos y pasivos. El entrenamiento debe ser constante, ya que la flexibilidad tiende a disminuir bastante rápidamente.
Son muchos los factores corporales que influyen en la movilidad articular. En particular, ésta puede depender de la estructura misma de la articulación: la elasticidad y la longitud de los músculos, los tendones, los ligamentos y la piel, y la capacidad de un músculo de relajarse y contraerse son los principales responsables de un eventual aumento de la rigidez. Influyen también factores externos como la temperatura del ambiente y corporal, el momento del día, la edad, el sexo y el estado de ánimo.
En general, para moverse de manera eficaz y sin esfuerzos particulares, el ROM debe ser máximo para cada articulación. El mantenimiento de posturas estáticas no correctas durante largos períodos puede causar sensaciones de malestar y cansancio: en este caso, el stretching puede ser un instrumento útil para aflojar los músculos y recuperar elasticidad. Además, un ROM adecuado permite a la articulación adaptarse más fácilmente al estrés al que está sujeto el cuerpo y reducir el riesgo potencial de traumas y distorsiones. En la actividad deportiva, es fundamental entrenar también esta característica: el sensor inercial Gyko es un instrumento rápido y sencillo para monitorizar la flexibilidad articular y el ROM dinámico a lo largo del tiempo. Ofrece no sólo la medición del ángulo sino también información sobre la fluidez y la velocidad del movimiento ejecutado (ver la imagen). Las fajas se pueden aplicar a diferentes zonas corporales para permitir la medición de cada articulación.
El uso de Gyko se recomienda en caso de infortunios cuando resulta difícil restablecer la situación articular anterior y es indispensable medir las mejoras conseguidas en términos de grados, durante un programa de rehabilitación.
Para citar el enfoque de uno de los máximos exponentes del strength training mundial: “Mobility before stability, stability before movement... movement before strength.”